Soy de lo que vivo en ti

Como bien sabéis por la publicación de Instagram (@claudiatevarcrespillo), el tema de este domingo es Málaga. Sin embargo, no es Málaga como tal, sino un lugar que haces tuyo, que haces hogar. Ya sea este la mitad de la nada en la sierra, o la cafetería aestethic del centro. Nuestro hogar pueden ser muchos lugares, ¿no? ¿De dónde eres tú? ¿Dónde puedes ser tú?

Yo soy de Málaga, pero siempre he rechazado mi ciudad natal. No simpatizando nunca con ella, llegado este punto de mi vida, debo reconocer que le debo mucho. Tengo que pedirle disculpas por haberla culpado de cambiar cuando, en realidad, ella solo ha sido manipulada por unas manos erróneas. 

Escrito con todo mi corazón y todo mi cariño, para vosotros, Claudia Tevar Crespillo.

Posible título: Soy de lo que vivo en ti 

¡Por la virgen! ¿Puede haber más ruido en la calle Victoria? ¿Y más mierda? Yo no sé pa qué existen las papeleras. ¡Ah! Y que dejen de pagarle al de la maquinita de la fregona con ruedas porque no sirve pa ná. Bueno, sí, pa hacer más ruio. Calle abajo llego a la plaza de la Merced. Tengo suerte si vislumbro algún malagueño disfrutando de su ciudad. Está llena de yonquis, de palomos y de guiris. ¡Ojú! Decido ir a la Uncibay. Aquí encuentro un poquito de respiro que dura poco. ¡Qué angustia! ¿Será posible dar un paseo sin que me pidan dinero o me ofrezcan un 2x1? Me voy a la San Francisco. En esta la gente está desatada. Probaré en el puerto. ¡Coño! Qué moderno todo, ¿no? Hasta han puesto una noria. No sé pa qué. Ni que necesitáramos parecernos a Londres. ¿Dónde está tu identidad, Málaga? ¿Qué están haciendo contigo? ¿Y con su gente? ¿Por qué te están tratando tan mal?

Vivo en la periferia. Es más barato. Aunque le doy un par de años para equiparar los precios del centro. Pero no voy a pensar en eso porque me pongo mala. Cuando necesito despejarme me voy al peñón. No sé qué sería de mí sin el mar. Suelo descansar sobre la arena, al tiempo que me mantengo a raya de sus planes. Eso de inmiscuirme en sus quehaceres no me va. Los domingos no tiene tregua, pero entre semana, durante los meses de baja temporada, solo le visitan los nostálgicos. Los que necesitan de su calma y lo veneran. A mí nunca me gustó la playa. Sin embargo, no me gustaría vivir sin tener a la mar a mi verita. La costa de Málaga es especial. Aunque las playas no sean de arena y estén hechas de pedrolos que te hacen añicos la espalda y te calcinan los pies, pasear por el paseo marítimo, no tiene precio. Desde el paisaje a través de la antigua ruta de trenes del Rincón, hasta el ignoto camino de Lagos.

Su gente, la malagueña, tiene duende. Mis compatriotas me han regalado risas que me han marcado el corazón. Me han dejado imborrables recuerdos en la memoria, y exquisitas experiencias en el cuerpo. Su gente, la malagueña, recorren los senderos que van más allá del caminito del rey. A ellos los ves por la Alhama, por la presa del limonero o en un parque, cualquiera, comiendo pipas y charlando. Su gente, la malagueña, se queja con una sonrisa, se ríe de los problemas y te invita a una copa sin esperar nada a cambio. Su gente, la malagueña, te acoge en su casa sin siquiera pensárselo. Mientras tanto, la ciudad lucha, sin éxito, mientras su gente sobrevive por ser partícipe de ella. 

¡Qué equivocada estaba! Volví resignada a mi ciudad natal porque no tenía dónde ir. Lo que nunca me planteé fue que, si lo hice, era porque en ella tenía un hogar. Un cobijo donde se encontraba mi abuela, mis amigos y parte de mi vida. Un cobijo que no dudó en abrirme los brazos. Un cobijo lleno de luz todo el año, de alegría y de amor, en cuyos rincones aún se pueden sentir los vestigios de la historia que hicieron de Malakaun punto de referencia. Yo soy de donde crezco. De donde alimento mi alma. Yo soy de muchos sitios, pero hoy por hoy, yo soy de Málaga.

¿Qué os ha parecido? ¿Qué título le pondríais vosotros? Además, si os ha inspirado a escribir algo relacionado, o no, ¡ponedlo en los comentarios! ¡Os leo!

Nos leemos y escribimos el próximo domingo con más títulos e historias. Gracias❤️ 

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Comentarios

  1. Qué maravilla, me encanta titi, no puedo sentirme más identificada con tu texto hoy, ese “amor odio” por Málaga, creo que se está convirtiendo en un sentimiento cada vez más compartido por la gente que vivimos (o sobrevivimos) aquí

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  2. Mejor no se puede describir, que preciosidad, me encanta, te quiero ❤️❤️❤️.
    Hoy escribo algo más que 😍

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  3. Estoy seguro que si yo aún viviera en mi Cadi del alma (o en la orilla de enfrente) escribiría algo muy parecido porque viene ocurriendo lo mismo. El sentimiento de amor odio yo lo tengo con el país que me acoge, porque no es Cadi caraho!
    Señorita Tevar, muy bonito viaje costumbrista por el tema propuesto.
    P. D. Atenta que se vienen cositasss

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    Respuestas
    1. Jajajajaj muchísimas gracias Antonio!!!! Estoy atenta, señorito. Un abrazo enorme.

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