¡Ahora os toca a vosotros!/En la intimidad
Como
bien sabéis por la publicación de Instagram (@claudiatevarcrespillo), ¡ES VUESTRO TURNO! Me apetece mucho que compartamos la pasión por la escritura, así
que se me ha ocurrido que, a través de los comentarios, escribáis un relato
partiendo todos de la misma premisa. Va a ser muy guay ver cómo de un mismo
escenario salen cosas completamente distintas. ¡Espero que os guste la idea!
Para vosotros, con todo mi corazón y todo mi cariño,
Claudia Tevar Crespillo
¡Ahora os toca a vosotros!
«Miró por el ojo de la cerradura...» ¿Cómo sigue?
¡Tenéis dos semanas para escribir un relato que empiece con la oración que os he proporcionado! Os iré leyendo y, en catorce días, publicaré también el mío. ¡Y no os olvidéis de ponerle un título! ¿Estáis preparados? A mí me hace mucha ilusión ver qué sale de aquí (:
Después de estas dos semanas y vuestras participaciones (si no os ha dado tiempo podéis seguir participando), os dejo mi propuesta a día 1 de junio de 2025:
Posible título: En la intimidad
Miró
por el ojo de la cerradura. Curiosa, encajó el ojo en el agujero y descubrió
una figura humana, una mujer desconocida, de rostro irreconocible. La observó
quitándose las bragas. Dedujo que iba a ducharse. Sacó los pies por las
perneras, las cogió con la mano y se llevó la tela a la nariz. Aspiró su aroma,
se deleitó más bien, y después las lanzó al cesto de la ropa sucia.
En
un abrir y cerrar de ojos la mujer desapareció y, en su lugar, apareció un
hombre al que tampoco conocía. Se encontraba sentado al sillón viendo Saber
y ganar. Mientras respondía a las preguntas del concurso, se sacaba mocos
de la nariz, hacía pelotillas con ellos y los pegaba en el reposabrazos.
En
el tercer parpadeo, descubrió a una joven en tetas y mallas comiéndose un bocadillo
de lomo al son de Incienso. Moviendo las caderas, practicaba la
coreografía de sus clases de baile. Bocadillo en mano, caían gotas de aceite al
suelo que fregaba con la planta del pie como si fuera parte de la coreografía.
En
otro abrir y cerrar de ojos, se topó con un joven explorando su sexualidad. Al
eyacular, probó su semen y concluyó que estaba tan bueno por fuera como por
dentro.
Nuestra
protagonista no daba crédito. Estaba tensa como el silencio de un «te quiero»
no correspondido. Estaba invadiendo la intimidad más íntima de unos
desconocidos. Pero por lo que realmente estaba tensa era porque se había
sentido identificada. Le había causado vergüenza ajena. Se preguntó qué
pensarían de ella si alguien la mirara como lo estaba haciendo ella.
Nuestra
protagonista no solo sacaba entradas de cine de las fosas nasales y se chupaba
los dedos después de correrse. Ella, cuando nadie la veía, se cortaba los
antebrazos con cuchillas, se grababa y después se pasaba horas con los ojos
pegados a su propia masacre. Con atención. Con obsesión. Con lascivia.
Antes
de despegar las pestañas de aquella cerradura que la transportaba a hogares
ajenos, vio a un chico, de su edad, calculó. En cuanto se fijó en sus brazos
supo lo que iba a ocurrir. Se obligó a mirar. Por morbo. Porque la venció su
parte más íntima, más oscura. La sangre la excitaba. Lo guardaba en secreto. Pero
no estaba sola. Le siguió con la mirada. Cuando él cogió la cuchilla, ella se
desabrochó el botón del pantalón y coló los dedos en su interior.
Al
terminar, se dio asco. Se llevó las manos a la cabeza solo de pensar qué dirían de ella. Se odiaba y no al
mismo tiempo. No lo podía evitar. Deseó mirar por esa cerradura todos los días.
Ese ojo era una pupila inmóvil en medio de la puerta del mundo,
un testigo silencioso que no pestañeaba ante el pudor, el deseo ni el dolor. Cada
acto quedaba atrapado en un abismo intangible en el que no existían los juicios.
Sin embargo, no lo volvió a hacer.
Aunque esté mal visto espiar, aunque el resto del mundo no comprenda la idiosincrasia de lo que hacemos cuando estamos solos, la realidad es que, en soledad, y solo en soledad, mostramos nuestra verdad.
¿Qué os ha parecido? ¿Qué título le pondríais vosotros? Además, si os ha inspirado a escribir algo relacionado, o no, ¡ponedlo en los comentarios! ¡Os leo!
Nos leemos y escribimos el próximo domingo con más títulos e historias. Gracias❤️
Todos los derechos reservados. La copia del texto para fines creativos/comerciales y/o concursos queda prohibida. Relato inscrito en el Registro de la Propiedad Intelectual.
Miró por el ojo de la cerradura, hacia los templos del canto, deshecho en abismos interminables, como quien sortea mares hilando lirios sobre los navíos. Su efusión discurre sobre sátiros y constelaciones profanas, sobre el descuido añejado de las luces albergadas en remotas grietas del recuerdo.
ResponderEliminarYoan Cartaya Hernandez
Lo siento, no suele salirme mucha narrativa la verdad, pero quería participar porque me gustó la idea.
¡Guau! Lo he leído varias veces ya porque encierra tantas cosas que me fascina. Muchísimas gracias, Yoan. Me ha hecho muchísima ilusión. Todo escrito es bienvenido. ¡Cuanta más variedad, mejor! Cuánta sensibilidad en tus palabras y qué mirada tan profunda te ha salido desde una frase tan sencilla en apariencia. ¡Enhorabuena!
EliminarMiro por el ojo de la cerradura, y aunque el párpado lo cubría estaba seguro de ello.
Eliminar- Esto, señores, amigos y goblins, es claramente un mimeto.
- ¿Pero qué dices? Es solo una puerta, una jodida puerta –contesto Normaldo, el más normal de los asesinos.
- Te puedo asegurar, que estas protuberancias en la madera son los ojos de la criatura. Tengo experiencia de sobra con estas bestias.
- ¿Dónde? Fumando hierba en esa academia tuya de magos y vagos. Por favor, esa protuberancia es un remache. Pero fíjate si tiene decenas más.
- Todo el mundo sabe que los mimetos tienen decenas de ojos. Para tener una visión perfecta.
- Haya paz. Sea como fuera solo es una puerta, siempre podemos abrirla para comprobarlo –mientras daba buena cuenta del líquido de una bota conjurada +2 con capacidad ilimitada. A pesar de su aspecto sobrio Brigs siempre estaba borracho. De hecho, las mayores estupideces de su vida las había dicho –y hecho- sobrio.
- No, ni se os ocurra. Los mimetos son cazadores peligrosos. Si caes en su trampa puede arrancarte la cabeza en menos que un perro de Tindalos se rasca los huevos. Lo mejor es olvidarnos.
- ¿Olvidarnos de qué? ¿De qué Lorban? Te crees que después de todo el camino hasta aquí hemos venido a chuparnos el dedo. Mira, vamos a entrar ahí dentro, te gusto o no.
- ¿Y para qué queréis un mago si no le hacéis caso a lo realmente importante? Yo digo: esta puerta es un mimeto y no estamos preparados. El que toque esta muerta morirá de forma cruel y dolorosa
- Y yo digo, a Brigs no le asusta ningún monstruo. Apartad. Os voya enseñar la diplomacia de mi tierra.
Y con las mismas extrajo una inmensa espada bastarda de su morral y comenzó a asestar golpes en la puerta a diestro y siniestro. Una de las astillas salió despedida justo contra el ojo de Normaldo. Al tercer golpe la puerta cedió.
- ¡Cago en Toraz y en to tus muertos! – grito Normaldo, que partir de entonces sería conocido por Tuertaldo.
Para sorpresa de todos, salvo de un mago que hace tiempo que había usado el conjuro ‘Huida expeditiva’, encontraron el dormitorio de Lorban que parecía haber que había sido saqueado por una horda de Kobolds superhormonados en celo; bajo las sábana, dibujando su hermosa figura bajo la tela, yacía la hermana de Tuertaldo.
Bueno, bueno, ¡Migue! Qué texto tan tuyo. Me gusta reconocerte desde la primera frase. Muchísimas gracias por participar con una idea tan original.
EliminarAlmudena Grande decía que no hay pasiones insólitas, de la misma manera considero que no hay intimidades insólitas. Al mismo tiempo asumo que la penetración en la intimidad ajena refiere dos naturalezas esenciales ,la primera basada en el acceso invasivo que alimenta el morbosidad hacia el desagrado o hacia una conexión igual de intima que la primera pero sin consentimiento de la persona a la que se invade, por lo que se experimenta solo por la persona que invade, y la segunda de forma consentida donde por medio de ese consentimiento mutuo se filtran los filamentos de la complicidad íntima y los sentimientos que se procuran compartir, a veces con cierto grado de vergüenza.
ResponderEliminarPara mí se pude titular Comlicidades
Yoan
Complicidades es un título muy sugerente!! Me gusta (: Muchas gracias por tu aportación, Yoan!
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