¡VACACIONES!/El último bocado

En mi Instagram (@claudiatevarcrespillo), ya he avisado de que voy a suspender temporalmente las publicaciones de los relatos. A partir de este momento, no habrá nuevas entradas los domingos. No me voy de vacaciones, ni tampoco necesito vacaciones para dejar de escribir. De hecho, voy a seguir haciéndolo, pero no publicando. Esto se debe a que se avecinan muchos cambios en mi vida personal y el cuerpo me pide dejar a un lado las máximas obligaciones posibles. Por lo que no me apetece, en este momento, pasarme estos meses obligándome a tener preparado algo para el domingo.

Mi idea es volver en octubre. Cuando ya esté instalada en Barcelona y con la mente enfocada en, únicamente, escribir. Me siento súper orgullosa de este blog y de mi evolución como escritora e igualmente muy agradecida por la acogida que ha tenido, la cual pensaba que iba a ser mucho menor. Sin vosotros, los lectores, esto no habría tenido sentido y soy muy consciente de ello, así que gracias infinitas.

La verdad es que estoy agotada. Necesito parar (dentro de mis posibilidades), y me ha costado tomar la decisión de suspender el blog temporalmente porque es un reflejo de mí y del trabajo que estoy persiguiendo. Pero, al mismo tiempo, considero que es lo que tengo que hacer y no me siento mal por ello. Así que sé que estoy haciendo lo correcto (:

No voy a dilatar mucho más esta explicación porque se entiende por sí sola, así que para no dejar con mal sabor de boca a nadie... Os dejo un microrrelato y me despido hasta dentro de unos meses.

¡Eso sí! El blog, obviamente, seguirá abierto y podréis leer todos los relatos y comentar si os apetece. Yo os contestaré encantada. De hecho, lo espero 😊

Posible título: El último bocado

Con una piruleta como único consuelo, me siento en el suelo sobre un cartón que me cobija del frío. Me aferro al endeble palo blanco que la erige para no caer desfallecido. Saboreo lentamente el caramelo en forma de corazón y el dulzor me inunda la boca. Cierro los ojos y siento cómo el azúcar riega mi sangre en un intento de paliar el dolor. Es todo lo que tengo: una golosina tan efímera como la vida. Aunque me agarre a ella, aunque dosifique los lametones, se acabará. Poco tiempo después me encuentran tirado en la calle, famélico y deshidratado, con el vacío entre las manos.

Nos leemos y escribimos en unos meses con más títulos e historias. Gracias❤️

Todos los derechos reservados. La copia del texto para fines creativos/comerciales y/o concursos queda prohibida. Relato inscrito en el Registro de la Propiedad Intelectual.

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