Te arranco la vida

Como bien sabéis por la publicación de Instagram, el tema del relato de este domingo está inspirado en una ilustración del juego de mesa Dixit y la frase sentenciadora que escuché por casualidad, que da título al relato.

Disfruto mucho cuando los escritos y los temas se construyen por sí solos. Dejar volar la imaginación es un ejercicio fascinante. Dadle rienda suelta y veréis de lo que sois capaz.

Escrito con todo mi corazón y todo mi cariño, para vosotros, Claudia Tevar Crespillo. Ojalá os guste. 

¡Espero vuestros títulos! Además, si os ha inspirado a escribir algo relacionado, o no, ¡ponedlo en los comentarios! ¡Os leo!

Nos leemos y escribimos el próximo domingo con más títulos y más historias. Gracias❤️


Posible título: Te arranco la vida

Desde que le conozco le estoy cogiendo pavor a las noches. Se ha adueñado de mi insomnio y va a terminar por cumplir lo que me juró aquel día mirándome a los ojos, lo sé.

La oscuridad no me da descanso. Cuando cae el sol, mi cuerpo se tensa porque sabe que va a pasar, una vez más, una noche como la del preso que está condenado a morir injustamente.

El conticinio puede durar horas, la angustia también. El silencio nocturno da paso a mi verborrea incesante, a mis pesadillas, a mis imposibles. El pasado, el presente y el futuro confluyen en mi mente y debaten quién imperará esa noche. En cuanto a mí, yo solo soy una mera espectadora de lo que harán conmigo.

Esta ha ganado él. El presente. Cuando tuvimos la primera cita, su personalidad me embaucó. Me convencí de que era una buena persona, un santo caído del cielo. Y ahora me encuentro entra la espada y la pared con el infierno en medio. Por su culpa. No. Por tonta. Su imagen da vueltas alrededor de mi cabeza como un dibujo animado. Mientras gira puedo verla riéndose de mí, satánicamente, con la boca abierta de par en par.

Aquel día todo cambió. Creí saberme cada detalle de sus facciones, mas yo solo sabía lo que él quería que supiera. Hasta entonces, nunca había estado tan cerca del mal. Le tenía de frente. Con el semblante serio como el de un juez. Tras de sí había una ventana lo suficientemente amplia y no a mucha altura por la que podría haber saltado en busca de libertad. Sin embargo, me frenó que a contraluz pude observar cómo el sol le resaltaba dos venas como si fueran dos prolongaciones de las cejas, que le dejaban una marca en esa frente que se extendía hasta la nunca. Parecían los cuernos del mismísimo diablo. 

¿Cómo no me di cuenta de que estaba en peligro? ¿Acaso todo había sido una mentira? Estaba claro que sí, pero ¿por qué?

La primera vez que sentí miedo fue a los cinco años. Estaba aprendiendo a montar en bicicleta y mi padre, cafre como él solo, me soltó en una cuesta. De más está decir que me caí y no volví a montarme en un vehículo con dos ruedas jamás. A mi padre le retiré la palabra durante una semana. Al final le perdoné, pero de bicicletas no quise volver a hablar.

La segunda vez fue cuando perdí la virginidad.

La tercera, el día que me amenazó y me mostró su verdad. Tuve que callar y fingir que no había visto que sería capaz de matarme si le llevaba la contraria.

¿Cómo iba a salir de ahí? ¿Y si me mudaba? A dónde coño iba a ir yo si la vida me tenía asfixiada. ¿Ese era mi destino? ¿No volver a dormir nunca más?

Amaneció, preparé el desayuno y pedí tregua al cielo, en silencio, para que no oyera mis plegarias. Pasarme la noche en vela con el causante de ello hacía que odiara cada segundo de mi existencia. 

Se despertó y fue en mi búsqueda para comprobar que no había escapado de la prisión que él mismo había ideado. Se fue a trabajar satisfecho del poder que ejercía y yo me quedé dándole vueltas a aquella frase que me soltó sin vacilar. Estaba atrapada. De una forma u otra, la vida ya me la había arrancado. 








Todos los derechos reservados. La copia del texto para fines creativos/comerciales y/o concursos queda prohibida.

Comentarios

  1. sin duda, me quedo con este increíble fragmento: "El pasado, el presente y el futuro confluyen en mi mente y debaten quién imperará esa noche."
    un abrazo!

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  2. Expectante del mundo18 de julio de 2024, 14:46

    ¡Guau!
    Es el único “término” aunque debería de decir sonido que ha saltado en mi cabeza. Es cierto que hay personas que se aprovechan de la luz de los demás para aumentar la suya propia. No esperaba para nada un relato con tanta profundidad en tan poca extensión y cargado de tanto sentimiento.
    Pero ¿quien más culpable, el que se deja “apagar” o el que “apaga” al otro?
    La vida es una constante de decisiones y libre albedrío, al día tomamos cientos, sino miles de decisiones ¿y si una de estas nos sacara de esa profundidad?

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    1. ¡Cuánto tiempo Expectante del mundo! ¡Qué alegría ver tu pseudónimo de nuevo por aquí! Muchísimas gracias por tus palabras y por dedicar parte de tu tiempo a leer este relato. Me complace ver que te ha generado cuestiones. En este espacio que he creado yo suelto una parte de mi cabecita y el resto lo termináis de construir vosotros. Que te haya hecho pensar sobre la culpabilidad, sobre la toma de decisiones y sobre el libro albedrío es muy interesante. Me voy a tomar la libertad de contestarte que, de acuerdo con la protagonista de esta historia, ella te diría que no hay culpables. Solo hechos y una vida por delante que pondrá las cosas en su sitio a su debido tiempo, así no suceda nunca. (: ¡Un abrazo!

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  3. Es que tengo debilidad por la literatura cifrada/simbólica/en clave, como le queramos llamar. Me ha encantado pillarle el hilo e ir desgranando tus mensajes, tus intenciones.
    Y una vez más me encanta cómo utilizas escenas cotidianas o normales para extrapolando a la idea de lo que tienes en esa cabeza de genia.

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    1. Sonrisa en mi cara después de tu comentario. Me siento muy agradecida por tu lectura y apreciación, Antonio. ¡Muchísimas gracias! Sin los que leéis, en cierto modo, esto se quedaría cojo, así que también formáis parte de lo que escribo. Gracias, gracias, gracias.

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